BOTTLENECK

SISTEMA BOTTLENECK

En cualquier sistema de producción aparecen fenómenos denominados “cuellos de botella”; sin embargo, es impresionante lo que cada uno de nosotros entendemos por este concepto. He llegado a encontrarme en una situación en que la persona que hablaba conmigo de un tema relacionado con un “cuello de botella”, tenía la idea de que yo estaba de acuerdo con él y nada más lejos de la realidad.
Esta situación es muy común cuando se habla de este concepto debido a que una gran mayoría de personas e incluso de profesionales dedicados a la fabricación, entienden que un cuello de botella es aquella máquina del proceso industrial, aquella operación de fábrica que hace la menor cantidad de producción (piezas/hora) del sistema de producción en que se encuentra inmersa.


Nada más lejos de la realidad. Un cuello de botella no es  la máquina más lenta del proceso de producción; esa máquina, simplemente condiciona la cantidad que el sistema de producción puede proporcionar y si dicha cantidad es suficiente no habrá problemas en el suministro tanto interno del sistema de producción como hacia los almacenes y clientes.
Una máquina cuello de botella es aquella que posee una característica tal que hace que una pieza no fabricada por dicha máquina, se convierta en una pieza que el sistema de producción no podrá recuperar nunca más; es decir, será una pieza que no se podrá vender nunca por la incapacidad de poder fabricarla.
Puestos así, es claro que conocer las máquinas cuellos de botella de un sistema de producción es fundamental para cualquier negocio que se base en la producción, para de este modo poder hacer algo especial con ellas a fin de que el sistema no pierda una sola pieza de producción que no recuperará nunca.
El tratamiento a dar a un cuello de botella para realizar una adecuada gestión del mismo será tal que evitemos la pérdida de unidades producidas por dicha máquina, por lo que deberemos pensar que:
–Debemos asegurar que la máquina sea incapaz de fabricar mal, es decir no podrá generar una pieza no conforme en dicha operación de fábrica.
–Será necesario asegurar que todas las piezas que entran en el proceso de dicha máquina sean conformes; ninguna pieza con inconformidades deberá ser procesada por dicha máquina pues de otro modo la pieza se perderá en un momento del ciclo de producción al ser retirada como no conforme.
–La máquina no podrá pararse durante el periodo asignado para la fabricación de las piezas asignadas, ni por error, ni por avería, ni por descansos de las personas, ni por ninguna causa.
–Las operaciones posteriores al cuello de botella deben garantizar que el 100% de las piezas fabricadas sean conformes; pero esto, ya forma parte de otra gestión de los procesos industriales.
Con estos condicionantes, es claro que la gestión de un cuello de botella requiere planteamientos muy diferentes a los de la gestión de la máquina más lenta.
En resumen, tendremos que disponer antes de la máquina de un stock suficiente que asegure que averías de otras máquinas anteriores en el proceso no paren la producción del cuello de botella, al igual que dicho proceso deberá ser tan seguro que impida cualquier tipo de parada no programada (averías,…) realizando el mantenimiento predictivo y preventivo adecuados para que durante el fin de semana si se da el caso, se pueda preparar la máquina para conseguir este objetivo, con el correspondiente grupo de mantenimiento permanente que cuide de que el sistema no pierda una sola pieza.
Ni que decir tiene que es muy ingrato tener medios de producción con estas características pero a veces los acontecimientos se suceden de modo tal que se producen estas situaciones y que con una gestión normal no se van a resolver.
He conocido empresas en que el valor de la máquina era grande como para ser duplicada y otras en que la duplicidad de la máquina requería un tiempo importante y no podían permitirse entre tanto perder una sola venta. También he conocido empresas que tenían este tipo de medios de producción y no eran conocedores de sus cuellos de botella lo que arruinaba cualquier posibilidad de gestión diferencial.
Por todo ello, no debemos tener miedo de hacer cosas diferentes a la norma general que pueda contemplar el mínimo stock entre operaciones del proceso de producción si nos encontramos con una dificultad como la comentada. Simplemente, en esta situación la norma general que es buena para el negocio, en este caso se vuelve contraria al mismo por lo que deberemos ser capaces de gestionar cada caso y no solo la generalidad o lo global.
Por terminar, recuerdo una pequeña empresa de coches en un pueblo del centro oeste de USA donde tenían vendida toda la producción de vehículos y más si eran capaces de hacerlos, pero nunca alcanzaban el compromiso de suministro de su vehículo tan especial (tenían una capacidad instalada para 14 coches/día a 3 turnos durante 6 días a la semana), lo que les impedía obtener el beneficio previsto y satisfacer a su red comercial y por tanto a sus clientes.

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